Chile debiera avergonzarse de la cantidad de mujeres que han sido asesinadas y más debiera avergonzarse de esos tribunales que se autodenominan "de justicia".
La cobardía del agresor y el ojo ciego de la justicia han permitido el derramamiento de sangre femenina.
Impactantes imágenes en diversos medios de comunicación y textos sobre este horrendo fenómeno se han grabado en la mente de los seres sensibles.
Francisco Barrera Salazar es uno de ellos.
Al ver que una mujer era agredida intervino.
El cobarde que golpeaba sacó un revólver y disparó contra Barrera.
Hoy Barrera Salazar está parapléjico.
Un hombre joven, lleno de vida, que aún tenía mucho que señalarle al mundo.
Un hombre que bien ganado tiene el título de héroe.
Héroe porque actuó frente a un hecho evidente, porque viendo cómo una mujer era golpeada él dispuso su coraje y lo arriesgó todo.
Frente a este fenómeno que es la cobardía, hay pocos que se atreven a defender a los más débiles.
Pienso también en otros cobardes: Los padres que agreden a sus hijos, los violadores, y todos los agentes agresores de los que están en inferioridad física o numérica.
Pienso también en la cobarde justicia de Chile.
En esta justicia no investigadora, no diligente. En esta justicia mediocre.
Si ella operara como debiera ser, el agresor, cobarde, no habría actuado contra su víctima y Francisco Barrera Salazar no habría tenido que intervenir, y estaría caminando, viviendo, soñando.
Hoy Barrera Salazar ha quedado inválido.
Y esta marca, este hecho, es responsabilidad de quienes debían actuar rápidamente
y no lo hicieron.
Hoy en Chile tenemos un récord de dolor y muerte, el femicidio se ha hecho un acto casi semanal: es decir, en promedio, cada siete días muere una mujer asesinada.
Yo no logro entender a esa justicia tardía, malhechora y la juzgo de cobarde. Y digo que esta cobardía es cómplice con todos aquellos que hoy puedan estar pensando en cometer un delito similar.
Me parece una aberración que a poco tiempo de la primera década del siglo veintiuno aún tengamos que ser espectadores de hechos que hablan de una etapa vulgar, primitiva, añeja y perversa.
Francisco Barrera Salazar recibirá de parte del Estado una pensión vitalicia de unos $ 190.000 mensuales. Es muy justo. En eso aplaudo a las autoridades de gobierno que así lo decretaron. Pero aún quizás ese Estado podría darle más. Tanto como él que, desinteresamente, se la jugó por ayudar a una mujer. Si fuese así yo aplaudiría nuevamente.
Desde su silla de ruedas que, seguramente, lo acompañará por siempre, Francisco
puede mirar la vida pasar frente a él.
Pero quienes lo veamos a él no olvidemos que quedó así por defender a una víctima
de un salvaje y cobarde que se denomina hombre.
Francisco Barrera Salazar es un héroe.
De eso no tengo duda. (www.elmorrocotudo.cl)